La arquitectura saludable y la neuroarquitectura suman a los edificios un valor hasta ahora intangible y tienen el potencial de cambiar el concepto de calidad de la edificación y transformar el mercado inmobiliario.

Nuestro objetivo es que lleguen a incorporarse como factores clave para la financiación y para la toma de decisiones de inversión por parte de fondos o inversores institucionales.

Este grupo de trabajo se constituye para analizar la aportación de la arquitectura saludable y la neuroarquitectura al mercado inmobiliario y determinar cómo puede cuantificarse la revalorización de los distintos inmuebles, ya sean edificios de oficinas, viviendas, residencias de personas mayores, hospitales, etc.

Estudiamos cómo valorar y tasar los inmuebles proyectados y construidos siguiendo los parámetros que favorecen este nuevo modelo que pone en el centro a las personas y a su bienestar físico, mental y social.

Además, la Arquitectura Saludable se enmarca en los parámetros ESG (Environmental, Social and Governance), cada vez más relevantes para empresas e inversores. Nuestro objetivo es que la Arquitectura Saludable se entienda como fuente de generación de valor por su contribución a la sociedad y a la competitividad, y que como consecuencia se incorpore a la estrategia y política de los Consejos de Administración.

Trabajamos en la generación de indicadores y en la parametrización de los datos que certifiquen que las empresas cuidan a las personas. Incrementar la productividad y fidelizar el talento es un valor añadido.

Objetivos del grupo de trabajo:

• Integrar la Arquitectura Saludable en los criterios ESG: Analizar cómo los principios de arquitectura saludable y neuroarquitectura se alinean con los pilares ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), demostrando su contribución al bienestar y a la sostenibilidad.

• Cuantificar el impacto en la valoración inmobiliaria: Desarrollar metodologías para medir y valorar el efecto positivo de la arquitectura saludable en distintos tipos de inmuebles (oficinas, viviendas, hospitales, residencias de mayores, etc.), vinculando estos principios a la revalorización del mercado inmobiliario.

• Generar indicadores y métricas: Crear indicadores específicos que permitan parametrizar el impacto de la arquitectura saludable y neuroarquitectura, facilitando la certificación de inmuebles que cumplen con estos criterios y demostrando su valor añadido.

• Justificar la reducción del riesgo de inversión: Mostrar cómo los proyectos diseñados bajo criterios de arquitectura saludable pueden reducir riesgos financieros, aumentando la estabilidad y rentabilidad para fondos e inversores institucionales.